7 errores frecuentes que te impiden adelgazar

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Te voy a contar ¡7 errores frecuentes que te impiden adelgazar!

 

Antes de fijar un objetivo para nuestro cuerpo, es importante tomarnos un momento, analizarnos, valorar cómo nos sentimos y buscar la ayuda de un profesional de la nutrición que es quién analizará detalladamente cada caso, pedirá los análisis médicos necesarios y a partir de toda esta información, elaborará junto a ti una estrategia y un plan para alcanzar tus objetivos. Si tú nutricionista, no se toma el tiempo de analizar con detalle tu situación y darte unos consejos que se adapten a ti, es mejor que acudas a otro que pueda entenderte.

 

 

Quizás estés pensando: “No necesito ir a un/a nutricionista, me siento bien y solo quiero perder un poco de peso”. 

 

Es importante que sepas, que cada persona en el mundo, es diferente. Lo que funciona para uno, es muy probable que no funcione para otro (si así fuera, todo sería mucho más fácil y ahorraríamos mucho tiempo y complicaciones de salud).

 

Te pongo un ejemplo, imagina a una persona que tiene una condición sin detectar, puede ser celiaquía, puede ser hipotiroidismo… y se somete a una dieta estricta elaborada por él/ella misma o de otra persona que conoce o vio por internet. Es posible que al pasar de los días, esta perjudique su salud, porque puede que haya alimentos o recomendaciones que están desaconsejados para su condición y lo que harán será agravar la situación y contribuir a la aparición de signos y síntomas molestos.

 

Este es una de las tantas razones por la que es necesario buscar ayuda de un/a profesional. 

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Si aún así estás en un proceso de pérdida de peso y sientes que estás estancada/o, te doy 7 factores generales que podrían estar influyendo.

 

Es importante aclarar que pueden influir muchísimos más factores, pero para saber exactamente lo que ocurre con cada caso, hay que analizarlo en una consulta. Sin saber nada de una persona, es imposible saber lo que le ocurre.

1. Estás centrando toda tu atención en el número de la báscula.

 

Muchas personas fijan como objetivo “perder peso”, pero, es importante que sepas que el peso engloba músculos, huesos, grasa, agua, cabello, órganos y tejidos, etc… en definitiva, todo lo que conforma nuestro cuerpo. Por lo que tener como meta perder peso es algo muy ambiguo.

 

Por ejemplo, si realizas una dieta, pero no se ajusta a tu peso, condición y estilo de vida, es posible que bajes de peso, pero posiblemente estés perdiendo masa muscular y agua. Esto es algo que definitivamente ¡no queremos que suceda!. Mantener una buena masa muscular a lo largo de nuestra vida es fundamental para nuestra salud y movilidad.

 

En lo que realmente puedes enfocarte, es en la pérdida de grasa. Para esto hay básculas que te indican un aproximado del % de masa grasa de tu cuerpo.

 

El % de grasa saludable en hombres y mujeres es:

 

Hombres: entre 8,1 a 15,9%

Mujeres: entre 15,1 a 20,9%

 

Sabiendo esto, puedes enfocarte en una meta más realista.

2. No estás comiendo lo suficiente

En la mayoría de los casos, al realizar una dieta muy estricta, de pocas calorías diarias y que no se adecúe a tus requerimientos diarios de macronutrientes (carbohidratos, grasas y proteínas) y micronutrientes (vitaminas y minerales), puede hacerte perder peso al principio (en su mayoría líquidos), pero al pasar las semanas pueden suceder varias cosas, entre ellas:

 

  • Estancarte, habrás perdido peso, pero tu cuerpo entra en un “estado de emergencia” donde al recibir pocos nutrientes, comienza a ahorrar los que tiene para mantener sus funciones vitales.
  • Efecto yo-yo, después de mucho tiempo de restricción, te apetece volver a la manera en la que te alimentabas antes y al haber estado tan restringida, y haber perdido en su mayoría líquidos, recuperarás el peso rápido o incluso más de lo que pesabas al principio.

3. Falta de descanso

El descanso es fundamental para nuestra salud, no dormir lo suficiente puede alterar el funcionamiento normal de nuestras hormonas que intervienen tanto en el ciclo del sueño como en nuestro metabolismo. Esta falta de sueño repercutirá negativamente sobre la conocida hormona del estrés, el cortisol y nos llevará, entre otras cosas, a experimentar cansancio, fatiga, falta de concentración y también a una disminución de la pérdida de grasa.

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4. No lees las etiquetas de los alimentos

Cuando iniciamos un estilo de vida saludable o un proceso de pérdida de peso, algo que nos ayudará muchísimo es leer las etiquetas de los productos que vamos a comprar.

 

Muchos productos en el mercado, debido a su empaque e imagen, dan a entender que son saludables o que incluso te ayudarán a perder peso y el 99,99% de las veces, no es cierto. 

 

Suelen ser productos con azúcares ocultos (nombres con los que no estamos familiarizados), muchos aditivos, edulcorantes, almidones… Por lo que suelen ser de todo, menos nutritivos.

 

Si quieres aprender a leer etiquetas aquí te dejo un pequeño video

5. Incorrecta distribución de alimentos en el plato

Quizás estás comiendo saludable, pero no estás haciendo una buena distribución de alimentos en tu plato. 

 

Este punto varía muchísimo de persona a persona, sobretodo si realizas actividad física. Lo mejor, es que acudas a un/a nutricionista que pueda indicar las cantidades diarias que necesitas de alimentos. 

 

Una recomendación general muy útil, es el plato saludable de Harvard, donde la mitad del plato está compuesta por vegetales y la otra mitad dividida entre proteínas y carbohidratos. Aparte, las grasas saludables (aceite de oliva extra virgen, frutos secos, aceitunas, aguacate…).

 

Esta es una herramienta ideal para que en cada comida puedas orientarte en la cantidad de alimentos que añadir a tu plato.

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6. Consumes de más cuando son alimentos saludables

El hecho de que un alimento/producto/receta sea saludable, no quiere decir que sea bueno consumirlo en grandes cantidades. Nada en exceso es bueno, si consumes más de lo que tu organismo necesita, lo almacenarás en forma de grasa.

 

Disfruta de los alimentos que te gusten, cuando te apetezcan, pero no es recomendable que te excedas.

7. Te restringes demasiado

Para perder peso de manera saludable no solo debemos hacer un ajuste de la ingesta diaria, sino acompañarlo de actividad física y de aprender cómo funciona nuestro organismo, detectar cuando realmente tenemos hambre, cuando estamos saciados, como nos sentimos al consumir determinados alimentos, como nos sentimos en general. Muchas veces estamos pasando por situaciones complicadas o de mucho estrés y quizás no es el mejor momento para plantearte perder peso.

 

Las restricciones:

 

En un proceso de pérdida de grasa se deben hacer ajustes en la ingesta diaria de nutrientes y ser más cautelosos con las cantidades y el tipo de alimentos que consumimos. Sin embargo, si te restringes de forma drástica de alimentos que te gustan muchísimo pero no son saludables, puede ser un arma de doble filo.

 

Por ejemplo, te encantan los helados, pero como estás en un proceso de pérdida de grasa, te prohibes comerlos hasta que alcances tu objetivo. Esta prohibición incrementará tus ganas de comerlo, incluso en momentos que de normal no lo comerías y cuando llegue el momento de comerte ese helado que tanto deseabas, querrás comer más porque sabes que una vez termines, ya no “debes” comer más.

 

Lo mejor es encontrar un balance, prioriza en tu día a día comer lo más saludable que puedas. A la semana realizamos ¡entre 21 y 28 ingestas de comida! si de 21, 1 fué un helado y las otras 20 fueron saludables ¡no te castigues!.

¿Te identificas con alguna?

Si deseas iniciar un proceso de pérdida de grasa, no dudes en contactarme que con gusto estaré allí para guiarte en el camino.

Alessandra Eminente

Nutricionista – CV01657

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